Lo que nadie dice de la píldora del día después, es que hasta ahora estas píldoras se daban gratuitamente en la seguridad social como si fueran caramelos, se daban con receta médica, por lo que entiendo se llevaba un control médico. En muchos casos -quiero suponer- se informaría a la embarazada de turno sobre los riesgos médicos. También quiero suponer que en el mejor de los casos sería asesorada sobre lo que supone abortar. Si esto es cierto posiblemente se salvaron -o hubieran podido salvarse- algunas vidas...
Entonces ¿Por qué vender las píldoras ahora sin receta? No me quito de la cabeza que disfrazado de derecho de privacidad -o de libertad- se esconde un verdadero motivo subyacente, que que no es otro que el ahorro que supone que las píldoras se vendan en lugar de dispensarlas en la Seguridad Social.
Aparte de ahorrarse la píldora -en mi opinión-, trasladan el problema a la embarazada ahorrando también los costes médicos que supondría atenderla.
¿Estará contemplado en los presupuestos el ahorro que supone esta partida?
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