Sin aducir argumentos religiosos o morales –de ahí el adjetivo “progre”-, voy apuntar 3 motivos “progres” en contra de la reforma de la ley del aborto:
Primero, no es una reforma que demande la sociedad. De hecho -según mi opinión- la sociedad sería más feliz si cerraran el ministerio de igualdad, vendieran sus 11 coches oficiales y despidieran a Biviana Aido.
Segundo, no es el momento más apropiado, en este país con un problema de envejecimiento de la población tan grave como el que tenemos. Deberíamos fomentar políticas que incentivaran el crecimiento de la población y ayudar a las familias numerosas.
Primero, no es una reforma que demande la sociedad. De hecho -según mi opinión- la sociedad sería más feliz si cerraran el ministerio de igualdad, vendieran sus 11 coches oficiales y despidieran a Biviana Aido.
Segundo, no es el momento más apropiado, en este país con un problema de envejecimiento de la población tan grave como el que tenemos. Deberíamos fomentar políticas que incentivaran el crecimiento de la población y ayudar a las familias numerosas.
Tan socialistas -que dicen ser algunos- y lo poco que miran por la sociedad ¿No sería más socialista ayudar a las madres embarazadas? Tan progresistas que afirman ser ¿No sería más progresista agilizar el sistema de adopciones? ¿Cómo se pagaran las pensiones en el futuro?
En tercer lugar y más importante, supone un recorte de los derechos del nasciturus, un derecho del que yo disfruté desde el momento de mi concepción y mi hija -al contrario de algunos animales salvajes- no ha tenido. El derecho a la vida del no nacido no debería ser anulado por ningún otro derecho.
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